Sebastián Gillet

Jefe Comercial

“La parte humana siempre necesita atención. Es una plantita que hay que seguir regando”.

Esta frase de Maite Elorga sintetiza su trabajo en La Fuerza y la pasión que siente por su tarea. Jefa de Recursos Humanos desde fines de 2019, es la persona que entrevista y analiza los perfiles de todos los que quieren formar parte de La Fuerza. Gran parte de nuestro equipo tuvo su primer contacto con nosotros a través de Maite, que lidera los procesos de selección de personal, su inducción en los equipos y el seguimiento de su evolución.

Toda su vida fue un zigzag entre la gastronomía y la formación de equipos. Ya desde chica, en una casa donde la comida que preparaba su mamá era motivo de reuniones y encuentros, hasta su carrera profesional, en la que empezó estudiando Relaciones Laborales y después Gastronomía, donde se reencontró con los productos que había conocido en su mesa familiar. Después estudió Sommelierie. Trabajó en cocinas. No le gustó. ¿Había elegido bien su carrera? La duda se evaporó cuando consiguió trabajo en el bar 878.

Ahí entró como encargada y descubrió algo nuevo: le gustaba ser anfitriona y tener un equipo a cargo. Después de seis años, también se dio cuenta de que trabajar de noche era cansador y entonces, con todo lo aprendido, armó Qoi: su propia consultora que todavía funciona. Desde ahí hace consultorías, capacitaciones y coaching.

“Me gusta mejorar la calidad de trabajo de la gente. Su gratitud me emociona”, explica. “Y lo que más me gusta de La Fuerza es que es un equipo que tiene valores. Y creo que puedo aportar a completar el camino que está construyendo”.

Maite también está a cargo de Recursos Humanos de otros bares del grupo Nuevos Clásicos (Roma, 878, Los Galgos). “Tal vez la parte más fría de mi trabajo es la de administración de personal -cuenta-, pero es también la más enriquecedora porque contribuye a mejorar las condiciones de trabajo del equipo, algo especialmente desafiante en años tan difíciles como estos que nos están tocando”

Ex bacheros devenidos en encargados de un bar. Cocineros que hoy son jefes de cocina. Maite puede citar varios ejemplos como estos. “Lo que más me gusta es ver cómo quienes tienen la voluntad de hacerlo, crecen y se desarrollan en esta profesión tan linda, intensa y gratificante”.